de març 28, 2007

Adam Smith , La Competencia Perfecta . . .



El Desarrollismo:

Un modelo alternativo de Gobierno Nacional y Gestión Empresarial

El Capitalismo de los clásicos y la miopía en su implementación actual


Nicolás Kfuri

Dr. en Ciencias Económicas, Univ. Nacional de Córdoba, Argentina.


Una de las mayores contribuciones del economista inglés Adam Smith (y de gran parte de la Escuela Económica Clásica que lo sucedió), fue su contraposición a la intervención gubernamental en el funcionamiento de los mercados. .


En tal sentido, Smith sostenía que las decisiones de los actores económicos, interactuando en un libre mercado, producirían una asignación óptima de los recursos A tal efecto lo denominaba “La Mano Invisible”.

Ahora bien, el desarrollo teórico de Smith estaba fuertemente basado, como en el caso de gran parte de los economistas de la época, en una metodología sustentada en la observación de la realidad.Por lo tanto, debe asumirse que los resultados de los análisis de Smith están impregnados de la realidad contextual que se estaba desarrollando en la Inglaterra del siglo XVIII.

En tal escenario, los mercados a menudo generaban resultados más satisfactorios que los obtenidos al producirse intervención estatal, según el propio Smith.De forma un tanto inexplicable, economistas posteriores sacralizaron lo que era resultado de la observación y lo erigieron en carácter de axioma.

Debemos entonces, al menos, cuestionarnos de igual modo que lo hizo en su momento Smith: ¿el libre mercado y su invisible hand (laissez faire) continúan arrojando siempre mejores resultados sin la mínima intervención estatal? La respuesta, hoy en día, parece ser negativa.


Para comprender las razones de tal argumento basta con analizar si los principios básicos necesarios que llevan a la “perfección de los mercados” auspiciada por los economistas clásicos hoy siguen en vigencia:

a) transparencia de los mercados;

b) igualdad de información entre los agentes económicos;

c) nulos o bajos costos de transacción; entre otros.


Como todos apreciamos, estos aspectos no se presentan en prácticamente (quizás directamente en ningún) mercado en la actualidad.


La Competencia Perfecta, marco necesario para el correcto funcionamiento del capitalismo clásico, presente en los inicios de la Revolución Industrial, ha quedado relegada por una realidad muy distinta: la Competencia Monopolística.


En este entorno, en el cual un puñado de empresas domina los mercados regionales, domésticos y/o mundiales, no resultan aplicables políticas económicas generales,para superar problemas económicos y sociales específicos.


Como ejemplo vale mencionar al Monetarismo (de bases científicas muy discutibles, a pesar de su bagaje instrumental y técnico), cuyas recetas uniformemente aplicadas en países con realidades absolutamente diferentes, han arrojado resultados muy distintos, según sea la condición estructural de los países donde se aplica.


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