Carlos Taibo (02/03/07)
Sabido es que, aunque la palabra globalización existe desde mucho tiempo atrás, su espectacular entronización político-mediática se produjo en la segunda mitad del decenio de 1990.
No hay ningún motivo para concluir que esa irrupción fulgurante tuviese un carácter neutro, improvisado y espontáneo.
Sobran, en cambio, los que aconsejan sostener que obedeció, antes bien, a razones tan precisas como tramadas.
Tomémonos la molestia de dar cuenta de la principal de esas razones, y sujiramos que de lo que se trataba, por encima de todo, era de deshacerse de otras palabras, y en singular del vocablo capitalismo, que para muchos habían retratado de manera razonablemente fidedigna, hasta ese momento, la mayoría de las relaciones económicas.